domingo, 21 de octubre de 2012

Comenzando el plan



Al terminar el día en la escuela, regresé a mi casa y decidí contarle a mi familia, mis papás dijeron que estaban de acuerdo siempre y cuando yo me sintiera segura. Al terminar la platica con ellos le marqué a Hugo por teléfono y le pedí que viniera a mi casa. Así lo hizo y comenzamos a planear todo para realizar lo que queremos. Inmediatamente nos pusimos a buscar trabajo. Salímos, nos subimos al coche y fuímos a buscar anuncios de empleos.

Nos excitaba tanto la idea de que en poco tiempo estaríamos viviendo juntos, que con besos eufóricos que le daba, él a penas y podía manejar. En nuestro camino nos topamos con un hotel sobre la avenida lópez Portillo, revisamos la cartera y vimos que nos alcanzaba el dinero para entrar. Llegamos al cuarto que nos asignaron y a penas íbamos saliendo del coche cuando ya nos estábamos comiendo a besos. Entramos al cuarto, nos comenzamos a quitar la ropa y nos acostamos en la cama. Hicímos el amor tan apasionadamente que le dejé un poco rasguñada la espalda. Nos metimos a bañar, me sequé el cabello y nos pusimos de nuevo la ropa. Pagamos y partimos de nuevo en busca de trabajo. Entregamos solicitudes de empleo en diferentes establecimientos. Solo nos queda esperar una respuesta.

Hacía mucho calor y antes de que me fuera a dejar a mi casa pasamos a comprar un helado. Mientras lo comíamos, comenzamos a platicar sobre lo sucedido horas antes. Hugo comenzó a decirme que le encantaron mis gemidos y los movimientos que hice. Al escuchar eso comencé a sentir electricidad recorriendo mi cuerpo, suspiré y le dije sonriendo fué muy rico. Terminamos el helado y nos fuimos a mi casa, ya que tenía tarea de Redacción.

El lunes en la escuela. Estaba en clase de Doctrinas, la cual me encanta, y comenzó a vibrar mi celular. No reconocí el número, pero aun así salí a contestar. Me marcaron de Cinépolis y dijeron que si seguía interesada en el empleo era mío. Pero que me tenía que presentar ese mismo día a las cuatro de la tarde para comenzar a trabajar yo, encantada, acepté. Regresé a la clase, realmente emocionada, y le comenté a mis amigos. Terminó la clase y sin entretenerme en nada, salí de la escuela y me fuí a mi casa para arreglarme e ir al trabajo. En cuanto llegué a mi casa le hice saber a mis papás lo del trabajo y se alegraron.

Estaba en camino al trabajo y le marqué a Hugo para contarle. Se emocionó, me deseo suerte y quedó en pasar por mí.




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