Cuando llegué el
profesor Cohen aún no empezaba la clase.
Salí a comprarme una paleta porque si no me iba a quedar dormida por la
desvelada. Terminó la clase y comprendí que no teníamos que tener errores de
acento o encabalgamiento en nuestras entradas, ya que el profesor se enojaba y no le daban ganas de seguir revisándolas.
Miguel, Perla, Leonardo y yo fuimos
por un café de cuatro pesos y seguimos estudiando para el examen. Era hora del
examen y pensaba que iba a ser de relacionar columnas, ya que me había
concentrado en aprenderme palabras claves de los conceptos. Cuando comenzó a
entregarlos me di cuenta de que eran 10 preguntas a desarrollar. No podía
creerlo. Solo leía una y otra vez las preguntas. Ya habían pasado cinco minutos
y seguía sin contestar una sola pregunta. De pronto comprendí que por más que
las revisara no se iba a hacer más fáciles ni se iban a convertir en columnas
para relacionarlas. Entonces me dispuse a desarrollar mis respuestas. Cuando me
di cuenta ya había llenado tres hojas. Cuando ya no sabía más, le entregué mi
examen a la profesora y me salí. Me sentía enojada con la profesora por haber
dicho que solo conceptos. Pero me sentí más enojada conmigo por no haber
estudiado mejor. Me apresuré al salón para la clase de Doctrinas. El profesor
nos dejó hacer un escrito de quince líneas de cualquier cosa. Pues tanta era mi
frustración que lo hice relatando lo acontecido en el examen. Terminó mi día en la escuela, y me fui directo a casa de mi novio. Al llegar saludé a Nicté, su hermana, platiqué un rato con ella y me subí al cuarto de Hugo. Él estaba durmiendo en su cama. Lo desperté con un beso y le dije que se hiciera a un lado para que me pudiera acostar. Nos quedamos dormidos y cuando desperté realmente no sentí ganas de irme de su lado. Le dije que nos aventuráramos y que viviéramos juntos. Asintió. Yo sabía que mis papás no me dejarían tan fácil, entonces llamé al celular de mi papá y le dije que si me podía ayudar a echar mis cosas en una maleta. Que este Hugo pasaría por ella porque me vendría a vivir con él. Mi padre solo respondió: Te vas a ir pero a la chingada. Olvídate de nosotros si haces esa estupidez.
En fin. Ya llevo dos semanas viviendo con Hugo. Espero mis padre algún día me hablen de nuevo.
En fin. Ya llevo dos semanas viviendo con Hugo. Espero mis padre algún día me hablen de nuevo.