domingo, 11 de noviembre de 2012

Saboreando la vida

Al terminar de cenar ya habíamos dejado a un lado nuestras diferencias. Platicamos muy bien y quedamos en que no teníamos prisa alguna para tener diversas obligaciones que se adquirían al vivir juntos. Por ello seguiríamos como hasta ahorita, cada quien en su casa.
Cuando llegamos al coche, que estaba estacionado un poco lejos, creí que Hugo comenzaría a besarme desenfrenadamente. Pero en  vez de eso nos pusimos a platicar acerca de la escuela y nuestros amigos. Después de un rato le dije que ya nos fuéramos a mi casa. Durante el camino cantamos las canciones que pasaban en la radio e íbamos riendo. Cuando llegamos, se estacionó y apagó el coche. Me miró por un largo rato y dijo que me veía hermosa esa noche. Lo único que hice fue sonreír y decirle: Muchas gracias, hombre de linda sonrisa. Nos besábamos y acariciábamos. Pero de pronto comenzamos a reír. Él me hizo cosquillas, por lo regular no me gustan, pero me encantó. Nos besábamos el cuello y le respiraba cerca del oído.  Todo en esos momentos fue muy lindo.
Miré el reloj y me di cuenta de que ya era un poco tarde. Entonces le dije que ya tenía que meterme para dormir y al día siguiente poder levantarme temprano, para  llegar a tiempo a la clase de Redacción Universitaria. Dijo que estaba bien. Él todavía tenía que llegar a hacer un trabajo de Derecho Constitucional para el día siguiente. Al despedirnos, parecíamos dos locos enamorados, ya que no parábamos de decirnos cuánto nos queríamos. Le di un beso largo, me despedí y me bajé del coche.
Entré a mi casa. Mis papás y mi hermano ya estaban en sus respectivas recámaras. Me sorprendí, ya que por lo regular mis padres se suben a dormir después de las once. Me apresuré a cambiarme y acostarme. Ya estaba a punto de dormirme cuando recordé que iba a tener examen de Introducción a la Sociología. Me sentía tan cansada, pero tenía que estudiar porque no podía salir baja en mi calificación. Me quité las cobijas mientras pensaba qué mierda que no lo recordé antes. Bajé de la cama, saqué de mi mochila las hojas y me puse a estudiar. A ver si mañana llego a la primera clase.

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